Ninguna compañía conoce más profundamente el mito creado por Goethe que La Fura dels Baus. Lo han abordado en teatro (Faust 3.0), en cine (Faust 5.0) y en ópera, tanto en la versión de Berlioz (1999) como en la de Arrigo Boito (2018) y la canónica: la de Gounod.

Para inaugurar la temporada 2018 del Real, el dramaturgo Àlex Ollé desplegó el sello furero: decorado y vestuario modernos, imágenes potentes, andamiajes, artilugios grotescos, alusiones religiosas y, claro, un predominante color rojo. El protagonista, en vez de filósofo, es un científico. No ha salido de su laboratorio y, al final de sus días, se arrepiente de lo que no ha vivido. Mediante el pacto con el diablo explora sus pasiones reprimidas.

Tótem de la lírica francesa, en Alemania Fausto ofendió por su banalidad, al prescindir el libreto de la carga filosófica original. En cambio, Madrid le tiene apego: llegó en 1865, solo seis años después de ver la luz en París, y se ha representado más de 200 ocasiones. Cumplen con nota el tenor polaco Piotr Beczala, siempre cómodo en el romanticismo, la soprano letona Marina Rebeka y el barítono italiano Luca Pisaroni, gran actor. Debutaba en el Real, con brío y musicalidad, el titular de la Sinfónica de Israel, Dan Ettinger. De la partitura de Gounod (1818-1893) sobresalen las arrebatadoras melodías y un sonido embriagador, fruto de la refinada instrumentación.

Grabada en directo en el Teatro Real de Madrid en 2018

En francés con subtítulos en castellano